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Las diferencias que separan a Bitcoin de Ethereum son de principios y objetivos.
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Estas diferencias en sus redes marcan la conducta de los miembros de cada comunidad.
El sectarismo es una realidad indudable en la actualidad del ecosistema de «criptomonedas». El llamado, en esa delgada línea entre la mofa y la seriedad, maximalismo tóxico, ha abierto brechas insalvables entre miembros de distintas comunidades, condenando al exilio por alta traición a todo aquel que ose cruzar la franja hacia territorio enemigo. Porque así se ha partidizado la política en el ecosistema, en relaciones antagónicas de amigo-enemigo: si irrespetas nuestro dogma, estás contra nosotros.
Guardar estos purismos trabajando como periodista es cuesta arriba. Al periodista se le exige “objetividad”, esa palabra mágica que algunos creen que funciona como un interruptor para apagar durante las horas de oficio el juicio personal del comunicador. La verdad es que la mayoría de las veces la objetividad es para el periodismo lo que la blockchain es para muchas redes de criptomonedas: una quimera, una buzzword utilizada para legitimar y nivelar productos que, la mayor de las veces, no cumplen con las mismas características. Aun así, «hay que ser objetivo».
Haciendo un esfuerzo por acomodarme a ese principio quimérico que de antemano percibo deshumanizante, más aún, teniendo consciencia de mi sesgo Bitcoiner, asistí, en calidad de reportero, a la Ethereum Community Conference. Organizada por Ethereum France, asociación dedicada a divulgar Ethereum en el mundo francófono. La tercera edición de ETHCC tuvo lugar del 3 al 5 de marzo en la Maison de la Mutualité, un antiguo teatro de los años 30 devenido sala de eventos y ubicado en la capital francesa, París.
Distribuido en cuatro pisos con al menos siete salas en las que se dictaban charlas y talleres de manera simultánea, de la ETHCC3 puede decirse que fue un evento apropiadamente organizado, a pesar de que el riesgo latente del Covid-19 –el infame coronavirus– pudo haber afectado hasta cierto punto el número de asistentes. Con todo, la lista de ponentes se mantuvo prácticamente inalterada, contando con exposiciones de reconocidos miembros de la comunidad de Ethereum como Vitalik Buterin, Joe Lubin, Evan van Ness, Vlad Zamfir, Afri Schoedon, Griff Green, entre otros, así como con la inesperada intervención del padre de Julian Assange, John Shipton, quien instó a apoyar al creador de WikiLeaks en la odisea judicial que atraviesa desde hace varios años.
John Shipton, padre de Julian Assange, nos relata las condiciones actuales de su hijo y defiende la libertad de prensa y el trabajo de WikiLeaks.#EthCC @CriptoNoticias pic.twitter.com/jD3snQhnpN
— Iván Gómez (@GomezmIvand) March 4, 2020
Las charlas abarcaron diversos niveles de entendimiento sobre Ethereum y su tecnología, si bien hubo cierta primacía de exposiciones técnicas pues este tipo de encuentro probablemente sea de los espacios más adecuados para presentar los resultados de las investigaciones en la materia. Sorprendió que el número de ponencias sobre propuestas de privacidad basadas en Pruebas de Conocimiento Cero casi igualaran en número a las intervenciones dedicadas a las llamadas Finanzas Descentralizadas o DeFi.
Y aunque había entre el público un buen porcentaje de asistentes con experiencia en desarrollo de software (o al menos eso afirmaron en varias oportunidades alzando sus brazos cuando algún ponente preguntaba quién era desarrollador), no siguieron sin dificultad varias ponencias.
Esto se evidenció en una de las charlas del investigador de la Fundación Ethereum, Vlad Zamfir, sobre su propuesta de implementación para transitar desde Prueba de Trabajo a Prueba de Participación, la llamada Casper CBC. Zamfir interpeló varias veces a la audiencia si estaban entendiendo o si tenían alguna duda y la respuesta era siempre de inapelable silencio.
.@VladZamfir introducirá el protocolo de consenso CBC Casper, en el cual lleva trabajando alrededor de tres años. #EthCC @CriptoNoticias pic.twitter.com/1Ed59xekKR
— Iván Gómez (@GomezmIvand) March 3, 2020
Sucedía algo similar en aquellas ponencias dedicadas al tránsito desde eth1.0 a eth2.0, la fase de desarrollo de Ethereum llamada Serenity. A pesar de que esta actualización lleva al menos desde octubre de 2018 siendo anunciada por Vitalik Buterin, el también investigador de la Fundación Ethereum, Alex Stokes, admitió durante su presentación que aún no se tiene claridad respecto a cuál será el camino a seguir para la transición.
Alex Strokes de la Fundación Ethereum nos habla sobre la transición desde eth1 a eth2.#EthCC @CriptoNoticias pic.twitter.com/s7YMji9EbF
— Iván Gómez (@GomezmIvand) March 5, 2020
Serenity contempla la creación de la llamada Beacon Chain, una nueva cadena de bloques que marcaría el paso desde el protocolo PoW al PoS, que al inicio correría paralelamente con la cadena anterior de Ethereum. Lo siguiente sería la implementación de shard chains o cadenas fragmentadas, que busca distribuir la carga de procesamiento de la red entre múltiples nodos.
Esto es lo que, en teoría, sería el inicio del tránsito hacia un nuevo Ethereum más escalable. Pero queda por decidirse, entre tantas cosas, cómo se realizaría la migración de tokens de una cadena a la otra. Una de las opciones que se contempla es un one-way-peg, un concepto proveniente del mundo de las sidechains que posibilita la transferibilidad de monedas en una sola dirección, de una cadena a otra, sin que estas monedas puedan retornar a la cadena anterior.
De elegirse esta vía, se aseguraría la migración de los tokens a la Beacon Chain. Pero si esta cadena no se despliega oportunamente, los fondos de los inversionistas quedarían congelados hasta que la cadena entre en operatividad, y ya se sabe por experiencias anteriores que los tiempos en Ethereum no suelen ser demasiado estrictos.
La comunidad de Ethereum, en buena medida compuesta por ingenieros y desarrolladores, es plenamente consciente del carácter experimental de su red. Podría decirse que el criterio compartido de avance es algo como «innovar así se rompan las cosas». Por eso no han temido la realización de bifurcaciones contenciosas ante eventos indeseados, como el hackeo a The DAO, poniendo en entredicho el credo en la inmutabilidad de las blockchains como un valor en sí mismo. Esto puede estar muy bien desde la perspectiva de la investigación. Pero cuando se desea correr un negocio sobre una red, cuando hay dinero involucrado, la previsibilidad y la perdurabilidad son elementos a considerar con detenimiento.
Uno de los mayores contrastes respecto a Bitcoin que pude notar en esta conferencia de Ethereum es precisamente este: Ethereum es una red altamente interesada en aspectos técnicos, pero no tanto en lo económico como Bitcoin. Tanto por lo expresado en el párrafo anterior, como por ciertas concepciones de política monetaria. A pesar de su alta difusión de todo el tema de DeFi, todavía hay muchos en la comunidad de Ethereum que creen que se puede crear valor de manera sustentable a partir de la emisión de crédito y deuda, tal y como sucede en los sistemas fiat, sin un límite controlado de emisión. Es decir, la importancia del dinero fuerte tal y como se concibe en Bitcoin no está tan extendida en la comunidad de Ethereum.
Luego está el hecho de que no hay una direccionalidad clara o un objetivo estable respecto a qué se quiere que sea Ethereum, qué problema busca resolver. Ethereum ha pasado por muchas propuestas de valor: computadora mundial, gatos coleccionables, finanzas descentralizadas, en la conferencia pude ver un renovado interés en privacidad. Cuando le pregunté a Stokes cuál creía que era el principal valor de Ethereum, me respondió, algo dubitativo, que computación descentralizada. Yo todavía no lo tengo tan claro.
La principal reflexión que me queda tras la asistencia a este evento es que la actitud abierta o cerrada de las distintas tribus en el ecosistema de las criptomonedas tiene que ver, en buena medida, con su percepción sobre el cambio y cómo alcanzarlo.
Ethereum, aún inseguro respecto a cuál es el cambio que quiere realizar, no le tiembla tanto el pulso a la hora de investigarlo, así pueda romper las cosas a su paso. Bitcoin, consciente del valiosísimo poder de separar el dinero del Estado con una moneda fuerte, se erige como una comunidad conservadora y escéptica, desconfiando de todo lo que pueda afectar la seguridad de su propuesta de valor.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.