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El alto consumo de energía eléctrica por parte de los mineros de criptomonedas ha sido un tema muy debatido. Algunas personas consideran que la minería de criptoactivos está ocasionando un daño al planeta, en una época en la que distintos gobiernos alrededor del mundo buscan reducir su impacto ambiental.
Debido a esto, un inversionista ruso invitó a los mineros de criptomonedas a sumarse el próximo 24 de marzo a la Hora del Planeta, un evento mundial que persigue concienciar a las personas acerca de los peligros del cambio climático, al apagar todos los equipos eléctricos no indispensables durante una hora.
Peter Dvoryankin, el impulsor de la “Cripto Hora”, es fundador de la Red Internacional de Inversionistas Profesionales en Activos Digitales, llamada CryptoLife, y miembro del Consejo de Expertos de la Duma Estatal de Rusia para el desarrollo de un marco legal para la tecnología financiera. En sus palabras:
El propósito de la acción es invitar a los gobiernos de Rusia y del exterior a crear mapas de “minería ecológica” (la posibilidad de colocar centros de minería cerca de fuentes de energía renovable, tomando en cuenta la temperatura de la región) y estimular el flujos de inversiones en este tipo de proyectos.
Peter Dvoryankin
Fundador
Con esta iniciativa Dvoryankin también persigue promover otras acciones ecológicas como la creación de sistemas que usen el calor generado en el proceso de minado para distintos fines. Esto ya está siendo realizado por Kamil Brejcha, un bitcoiner checo que usa el calor generado por los mineros para cultivar tomates en un invernadero. Esta alternativa permite aprovechar el proceso de minería de forma positiva para el medio ambiente, sin afectar el desarrollo y la seguridad de las transacciones en la red.
Aunque la «Cripto Hora» tiene buenas intenciones, este tipo de acciones puede tener consecuencias perjudiciales en las cadenas de bloques. Suponiendo que todos los mineros apaguen sus dispositivos, la plataforma blockchain se “cerraría”, no se procesarían las transacciones y esto aumentaría la congestión y e incrementaría el costo de las comisiones. Además, al desactivar los nodos, grupos maliciosos podrían aprovechar la oportunidad para atacar la red.
En el caso de que no todos los mineros se unan a la iniciativa, la ausencia de siquiera una parte de los mineros ocasionaría este tipo de retrasos en las transacciones y tendría efectos negativos en los usuarios, pues no sólo se alargaría el tiempo de confirmación, sino que las distintas aplicaciones del ecosistema, como carteras y plataformas de pago, aumentarían la comisión automáticamente, de acuerdo a los algoritmos que usan para calcular este costo.