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EDITORIAL: escalar blockchains es un laberinto que compromete a toda la comunidad

La escalabilidad es uno de los retos más intrincados que enfrentan todas las blockchains. Todos los proyectos se enfrentan al laberinto que supone escalar. Sin embargo, escalar blockchains y mantener la descentralización no es tarea de unos pocos. Desarrolladores, mineros, empresas y usuarios: todos están comprometidos en la escalabilidad.

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La tecnología blockchain aún es misteriosa. Su potencial definitivo todavía se oculta entre líneas de código posible. Sus retos y escollos –su escalabilidad- aún parecen los corredores de intrincados laberintos, llenos de caminos cerrados, bifurcaciones y encrucijadas.

Cada día que caminamos en conocimiento dentro de los corredores de este laberinto cibernético –paradójicamente construido en cadena- la experiencia nos revela características que hasta entonces habían permanecido silentes, pistas que nos guían hacia el núcleo del laberinto.

La experiencia de las reiterativas pero discontinuas saturaciones de Ethereum, tras la ya casi continua saturación de Bitcoin, da una pista esencial sobre el comportamiento de las blockchains y los caminos que han de tomarse para un desarrollo efectivo de la tecnología: la escalabilidad es un problema común a todas las blockchains y solo siguiendo de cerca e implementando las propuestas técnicas desarrolladas podrá avanzarse en el laberinto.

Quizás esto parezca una obviedad. Claro que cualquier plataforma, en la medida en que se masifica, debe escalar su capacidad para soportar la cantidad creciente de usuarios y mantener la prestación de un servicio óptimo. Sin embargo, esta obviedad no se ha reflejado coherentemente en las decisiones tomadas por la mayoría de la comunidad cripto, quienes, en las encrucijadas, han elegido tomar las bifurcaciones fuertes del laberinto sin saber que avanzan hacia un nuevo camino cerrado si se llegan a masificar.

Tanto Bitcoin como Ethereum se masificaron en el 2017. Los desarrolladores de Bitcoin tenían años previendo esto. Largos fueron los debates por la escalabilidad. Estas discusiones decantaron en el lanzamiento de SegWit en agosto del pasado año, pero esto no ocurrió de la noche a la mañana. SegWit se propuso hace tres años. Pasó dos años lanzado y en pruebas. Y a pesar de haber contado con un 100% de señalización para el primero de agosto del 2017, en la actualidad, tan solo un 11% de las transacciones de la red se procesan con SegWit. 

Esta falta de actualización por las compañías del ecosistema, junto con la adopción masiva del 2017, profundizada aún más por el lanzamiento de contratos de futuros de Bitcoin en Wall Street, saturaron la red Bitcoin a niveles inusitados. Si bien hubo picos de congestión durante todo el año, el mempool de Bitcoin –lugar donde las transacciones esperan por confirmación- nunca había llegado a los 139MB, tal como sucedió el pasado 11 de enero.

Máximo histórico de saturación del Mempool de Bitcoin el pasado 11 de enero. Fuente: Blockchain.info

Con todo, las comisiones por transacciones han descendido desde su último máximo histórico del 22 de diciembre, el cual llegó a 842 satoshis por byte –si bien en la actualidad las comisiones aún se encuentran muy por encima del que solía ser su promedio habitual.

Comisiones de Bitcoin llegaron a 842 satoshis/byte. Fuente: statoshi.info

A causa de esta saturación, y por la imposibilidad práctica de realizar transacciones en bitcoins sin pagar elevadas comisiones, la tendencia general de la comunidad fue migrar a otras cadenas o crear nuevas blockchains, sin entender que el problema nuclear no está en el código de Bitcoin sino en la falta de actualización por parte de las empresas (y la comunidad está en el deber y responsabilidad de presionar a estas empresas para que actualicen). Bajo la promesa de mayor velocidad de procesamiento que Bitcoin nacieron muchas nuevas blockchains que no agregan ninguna solución real al ecosistema.

Un ejemplo de estas migraciones se halla en Ethereum. Si bien su blockchain se saturó en diversas ocasiones durante este año –debido a la masificación de las ICO en su red y la fiebre por los Cryptokitties a principios de diciembre- en la actualidad la saturación de Ethereum parece tener su origen en la imposibilidad de realizar intercambios en bitcoins debido a las altas comisiones, por lo que muchas personas comenzaron a utilizar esta moneda para cambiar a fíat. Para el 10 de enero, se llegaron a pagar hasta 170 dólares de comisión por transferir en la red Ethereum.

Comisiones por transacción en Ethereum. Fuente: etherscan.io

A su vez, la cantidad de transacciones esperando confirmación en Ethereum rozaron las 50.000 por minuto.

Casi 50.000 transacciones por minuto esperaban confirmación en la red Ethereum. Fuente: etherscan.io

Tras saturarse Bitcoin, Ethereum se saturó. Y así se saturará cualquier blockchain adoptada masivamente si antes no se resuelven los problemas de escalabilidad. La tendencia de migrar de blockchain en blockchain solo posterga el problema; no lo resuelve. Tampoco lo resuelve alterar los parámetros de la cadena, como tamaño de bloque, tiempo de confirmación y otros, con bifurcaciones contensiosas que dividen a la comunidad y nos alejan del objetivo. La única solución ante este reto es seguir profundizando los conocimientos sobre la tecnología, adoptar soluciones técnicas a la escalabilidad y educar a los otros caminantes para que no se pierdan en los caminos falsos y cerrados de este enorme laberinto.

Actualmente existen soluciones para la escalabilidad ya operativas o siendo testeadas en redes de prueba para lograr una implementación efectiva. SegWit está ahí, ya en la red principal, esperando por ser adoptada por el 89% restante de la red. Lightning Network se encuentra en las fases finales de sus pruebas para así realizar micropagos de segunda capa fuera de la cadena principal, con empresas ya aventurándose a utilizarlaMAST, X-Thin Blocks y las firmas Schnörr siguen siendo investigadas para seguir optimizando el espacio por bloque en la cadena y aumentar el número de transacciones procesadas por bloque. Y así habrán más y más propuestas para escalar blockchain por la filiación y compromiso que sienten los desarrolladores del mundo por este proyecto global de descentralización. Porque es de descentralizar el mundo que se trata todo esto.

Hay quienes dicen que la solución a la escalabilidad radica en aumentar el tamaño de los bloques. Así sucedió con Bitcoin Cash, quienes procesan bloques de hasta 8MB. Pero aumentar el tamaño de los bloques solo conlleva a centralizar la tecnología por el costo que supondría correr nodos de tamaño superior. Y sacrificar la descentralización equivale a sacrificar blockchain.

También suele responsabilizarse a los desarrolladores por demorar en la implementación de soluciones. Quizás ahí radique una de las confusiones que más profundamente está afectando a la red.

En una red descentralizada como Bitcoin, los desarrolladores proponen varias soluciones, las cuales son evaluadas técnica y académicamente para corroborar su funcionalidad y seguridad. Las mejores propuestas permanecen y se trabaja sobre ellas para optimizarlas. Una vez verificada su funcionalidad y sus beneficios, son lanzadas a la red para ser adoptadas. Ahí entran empresas y usuarios. Si los servicios de monederos, casas de cambio y servicios de pago no implementan las soluciones a la escalabilidad, toda la red seguirá arrastrando problemas que ya podrían estar solucionados. Si no son adoptadas –como sucede actualmente con SegWit- el problema persiste y de nada valen las investigaciones que derivaron en la solución.

Claro que también existen otras dificultades y límites asociados a nuestro conocimiento de esta tecnología, y por esta razón es que se camina a través de un laberinto. Como se dijo en un inicio, aún blockchain es misteriosa. Es una tecnología de la que aún se sabe muy poco. Quizás habrá momentos límite en que el nivel de adopción superará las propuestas disponibles y nuevamente la comunidad se enfrentará a retos que demandarán mayor capacidad de resolución de problemas. Pero uno de los beneficios de las tecnologías de código abierto y de las comunidades descentralizadas es que miles de cerebros en todo el mundo piensan desinteresadamente en alternativas para salir de estos escollos. Y siendo blockchain una tecnología de gobernanza descentralizada, los avances solo se darán en la medida que la comunidad avance de la mano.

La escalabilidad será un reto constante para todas las blockchains. La implementación de soluciones solo puede darse de forma progresiva: una solución a la vez. Pero tampoco puede creerse –al menos no en esta etapa de desarrollo de blockchain- que habrá una solución final para la escalabilidad. Habrá que seguir investigando y creando herramientas para permitir que las blockchains aumentan cada vez más su capacidad de procesamiento y así soportar una adopción de escala global. Pero la comunidad también tendrá que seguir educándose, seguir de cerca los desarrollos, involucrarse si es posible, y, cuando se implementen, adoptar y presionar a los empresas para que adopten. Solo así tendremos blockchains descongestionadas y funcionales para llevar adelante la fuerza descentralizadora que esta tecnología supone.

 

Imagen destacada: Jesse van Dijk.

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